El domingo 1 de marzo de este año, falleció el fotógrafo venezolano Luis Brito (1945-2015). Para los que abordan la vida de la fotografía desde el documentalismo, lo reconocen como una guía, un maestro del lente, sin duda un talento que nos hará mucha falta.
Foto de Carlos Germán Rojas, tomada de http://www.Prodavinci.com
Quiero honrar la partida de Luis Brito, a quien nunca conocí en persona, pero sí su obra; porque él es la prueba de lo que significa tener «una vida con propósito» y cuando nos damos cuenta cómo vivir de esa manera surge una total transformación en el alma, en el ritmo del destino.
Luis encontró en la calle, la gente, la arquitectura, un universo pleno con el cual comunicarse y luego mostrar al mundo esa íntima conversación. Su pasión absoluta por la cámara, no solo lo llevó a ser merecedor de un Premio Nacional de Fotografía (1996), sino exponer su talento a la vista de todos para indicarnos una forma impecable de trabajar.
El Nazareno de Petare, Caracas. Luis Brito
Fotografía de Luis Brito García. Anare. 1976. (Tomado del libro Fotografía en Venezuela 1960 – 2000 de Juan Carlos Palenzuela, Caracas, 2001. P 75) Publicado en web por El Nacional
Serie Eleanor Rigby, 1989/Luis Brito. Publicada en web por El Nacional
Si deseas conocer más del trabajo de este insigne fotógrado venezolano, puedes leer en El Nacional Web, una excelente semblanza realizada por Grisel Arveláez @grisarvelaez http://goo.gl/b5GhaH .
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¿Cómo sé entonces si yo tengo una vida con propósito?
Aquí te dejo una serie de afirmaciones que te ayudarán a saber si estás en ese sendero:
– Mi trabajo (empleo) es mi vocación, realizo todas mis tareas a plenitud porque me conecto totalmente con lo que hago y además me pagan por ello.
– Sé que mis talentos no son realmente míos, sino una posibilidad para convivir con las demás personas, retribuyéndoles con mi conocimiento, porque vivo desde la humildad.
– Tengo actividades de tiempo libre que me engrandecen como ciudadano, soy capaz de ayudar a quienes están en menos capacidad y sustento que yo.
– Entiendo que cada criatura del Planeta tiene su razón de ser, entonces cuido y defiendo la vida; sobre todo en la medida de mis posibilidades, protejo animales en extinción.
– He entendido que es más sano para el espíritu, lograr perdonar que quedarme con una carga a cuestas, eso me ha liberado y re conectado con el amor, desde la aceptación y compasión.
– Me hago responsable de mis lados menos luminosos y ya no me avergüenzo de ellos, porque tengo tantas cosas hermosas y con talento que allí me dedico a crecer y sanar.
– Mi salud es solo mía y aunque cueste mucho, he tomados decisiones con mi plan alimenticio, relajación mental o de ejercicios.
– Reconozco con facilidad absoluta las cosas en las que puedo trabajar y en las que no; eso me permite decidir cuáles son las opciones dónde quiero pasar más de seis horas diarias.
– Sé que no puedo salvar el mundo, pero de lo poco que haga, contribuyo a la paz, la armonía y soy reconocido como tal, un ser generoso.
– Tengo mi corazón alineado a lo Superior, reconozco a Dios en cualquiera de sus nombres y tengo tolerancia por la manera que cada quién expresa su Fe, aun cuando esa persona diga que no es creyente.
Tal vez no tengas todas estas vivencias, te invito a revisar cuáles no para hacer una profunda transformación; pensar que para tener una vida con propósito, hacer el bien es un camino para ser feliz, aún en las dificultades.
Todos de alguna manera podemos contribuir a un mundo mejor.
Namasté.
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Aquí les dejo una foto que hice el 30 de abril del 2011 en la ciudad de Maracaibo (Venezuela); hoy recordé haberla hecha cuando revisé la serie de Luis Brito donde muestra ángeles (¿Recuerdas a Eleanor Rigby?, 1989).
Hoy supe que mi ojo logró esa toma porque seguro lo tenía a él de referencia. Gracias Maestro.
Claris Trigueros. Project 360 – 2011. Maracaibo, Venezuela.
claristrig.wordpress.com 