Laberinto a dos voces: Nos perdonamos

TU VOZ

Perdóname la lluvia, los terremotos, los meteoritos. Perdóname el amor, la devoción, la conversación, el interés. Perdóname por poseer una sola vida, por carecer de la profundidad de los escribas y los poetas, de no tener de mi lado las palabras que quieres escuchar.

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MI VOZ

Perdóname por no mantenerme siempre en primavera, es que a veces necesito tiempo para deshojar mi pensamiento y esconderme el sol.

Perdóname no saber guardar tu amor en una cajita de cristal, ni siquiera en mi corazón que es un inmeso baúl, es que decidí dejarlo libre para que cada vez que me ames aparezca vida en tierras desiertas.

Pérdoname haber llegado tarde a tu vida, andaba pérdida, la última vez que nos separamos dolió tanto que tuve que renacer para hallarte.

Perdóname que te escriba todos los días, es el único legado que podré dejar en este vida, que es tu vida en la mía.

luna verde después de la lluvia

Entrada poema «´Tu nombre» de Alejandro Cifuentes en su Catalejo

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